Sinopsis:
Un cuento moderno sobre la obsesión por la
popularidad. Stafford Weiss es terapeuta y escribe libros de autoayuda. Tiene
una mujer sobreprotectora, un hijo antigua estrella de la TV en rehabilitación
y una hija que acaba de salir del psiquiátrico. La principal cliente de
Stafford es una famosa actriz, a punto de interpretar el papel que hizo su
madre en los años 60.
Ficha
Técnica:
Dirección: David Cronenberg
PaÃses: Canadá y Alemania
Año: 2014
Duración: 111 min
Género: Drama
Interpretación: Julianne Moore (Havana), Robert
Pattinson (Jerome), Mia Wasikowska (Agatha), John Cusack (Dr. Stafford), Olivia
Williams (Cristina), Sarah Gadon (Clarice), Evan Bird (Benjie)
Guión: Bruce Wagner
Producción: Saïd Ben Saïd, David Cronenberg y Martin
Katz
Música: Howard Shore
FotografÃa: Peter Suschitzky
Montaje: Ronald Sanders
Diseño de producción: Carol Spier
Vestuario:
Denise Cronenberg
CrÃtica:
Hollywood merece ser
purificado. Ya sea ardiendo en llamas o ahogándose en sus propios excesos, pero
merece ser purificado. Eso es lo que parece dar a entender David Cronenberg con
su nuevo trabajo, un aséptico retrato de los bajos fondos y las miserias que
envuelven las vidas de ese enorme nido de ratas incestuoso que es la Meca del
Cine, un territorio hostil que necesita urgentemente ser fumigado y en el que
conviven divas venidas a menos, estrellas malogradas, juguetes rotos, sueños
convertidos en pesadillas y pirómanos sentimentales y funcionales deseosos de
flambear los fantasmas de su pasado.
Tal y como hiciera en
su trilogÃa de la violencia, el canadiense parece dar continuidad a una nueva
antologÃa de tÃtulos que se iniciara con “Cosmópolis”, más allá de que aparezca
Robert Pattinson, que parece haber encontrado en Cronenberg a su padre
cinematográfico, a bordo de una limusina. Si aquélla se erigÃa como un relato
cerebral y frÃo sobre la alienación individual en un mundo regido por un
capitalismo en vÃas de extinción, la que nos ocupa pone el dedo en la llada y
se divierte hurgando en ella para firmar una crónica negra sobre un universo interiormente
dominado por la fama y el reconocimiento. Eso sÃ, sin la agonÃa autoconsciente
que caracterizaba a su anterior pelÃcula, sin ese nihilismo generalizado que
puede llevar al hastÃo.
Porque “Maps to the
stars” es, aunque su esterilizado envoltorio pueda hacer pensar lo contrario,
un divertimento personal de un cineasta que lleva años metido en la industria.
Es, y esto es lo más sorprendente, una de las propuestas más siniestras y
oscuras de su hacedor, un cuento infectado revestido de aparente normalidad que
esconde bajo sus muchas capas de esterilización una insondable dosis de mala
leche.
Todo en ella desprende
maldad. Sus personajes, interpretados con convicción por un reparto que va
desde un recuperado John Cusack hasta una soberbia Julianne Moore que se
convierte en lo mejor del conjunto, pasando por alguna decisión de casting
discutible pero que no desentona –ay, Wasikowska-. Esa forma tan particular de
concebir unos planos que no necesitan de exceso sangre, violencia ni sexo –que
hay de todo esto también, ojo- para resultar enfermizos. Su malicioso guión,
repleto de sublecturas hacia la industria del entretenimiento y los animales
que le dan vida. Y su final, ése en el que la purificación fratricida es la
clave de la desratización. Un inteligente ejercicio de gélida narrativa pero
cicatrices inflamables en el que, eso sÃ, se sigue echando de menos al
Cronenberg infectado, el mismo que antaño no confundÃa la carne cinematográfica
con la verborrea existencialista.
NOTA: 7 sobre 10
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