Sinopsis:
La desigualdad, la injusticia y la exigencia del mundo en que vivimos producen que muchas personas se estresen o se depriman. Algunas de ellas explotan. Esta es una pelÃcula sobre ellos. Vulnerables ante una realidad que súbitamente se altera y se torna impredecible, los personajes de “Relatos salvajes” cruzan la delgada frontera que divide la civilización de la barbarie. Una traición amorosa, el retorno de un pasado reprimido, o la violencia contenida en un detalle cotidiano, se presentan para impulsarles al vértigo de perder los estribos, al innegable placer de perder el control.
Ficha Técnica:
Dirección y guión: Damián Szifron
PaÃses: Argentina y España
Año: 2014
Duración: 122 min
Género: Comedia negra
Interpretación: Ricardo DarÃn (Simón), Oscar MartÃnez (Mauricio), DarÃo Grandinetti (Salgado), Rita Cortese (cocinera), Julieta Zylberberg (moza), Érica Rivas (Romina), Leonardo Sbaraglia (Diego)
Producción: Hugo Sigman, Pedro Almodóvar, AgustÃn Almodóvar, Matias Mosteirin y Esther GarcÃa
Música: Gustavo Santaolalla
FotografÃa: Javier Juliá
Montaje: Damián Szifron y Pablo Barbieri
Diseño de producción: Clara Notari
Vestuario: Ruth Fischerman
CrÃtica:
En “Malditos
bastardos”, Tarantino culminaba cada historia con un estallido de violencia,
después de hacer cargar a sus personajes con minutos y minutos de tensión
verbal. En Relatos salvajes”, Damián Szifron hace lo propio sometiendo a sus
personajes a una presión insostenible en esa Argentina tan extrapolable repleta
de corrupción, traiciones, infidelidades, injusticias sociales y luchas de
clases. El resultado es el mismo, la bomba de relojerÃa que es el ser humano
termina por hacer explosión, y la onda expansiva acaba alcanzando a propios y
extraños. Porque alguien tiene que librarnos de los malnacidos que gobiernan a
golpe de talonario, de los que siempre se van de rositas mientras otros
pringan, o de manera genérica de todo aquel que nos haga la vida imposible.
Szifron estructura la
cinta en seis episodios donde la indignación ante las injusticias o el que se
rÃan en tu propia cara son motivos suficientes para que se desate esa violencia
contenida que busca desesperadamente una válvula de escape. Ya en su primer
relato salvaje, un ejemplo perfecto de sÃntesis a la hora de presentar,
desarrollar y finalizar una historia, el cineasta deja claras sus intenciones,
la de no dejar tÃtere con cabeza ni dar puntada sin hilo, la de tirar de mala
baba y humor negro para justificar sus decisiones artÃsticas, por muy
inverosÃmil que resulte lo que ocurre en cada trama. Su nueva pelÃcula es una
patada en la boca del estómago, una propuesta que se debe entender como un colosal
chiste sobre ese despreciable ente que es el ser humano, aunque el chiste en sÃ
mismo arranque más de una risa incómoda.
Un guión bien
hilvanado, repleto de malicia y mala leche, una dirección impactante y directa,
y un reparto espléndido –a destacar el fenomenal trabajo de Ricardo DarÃn,
Leonardo Sbaraglia, Rita Cortese y Érica Rivas- coronan uno de los productos
argentinos más mordaces y ácidos que nos han llegado en los últimos años. Eso
sÃ, bastante irregular en lo que a potencia de sus historias independientes se
refiere, quedando para el recuerdo especialmente ese peculiar “El diablo sobre
ruedas” que es “El más fuerte”, y dejando en el aire si no habrÃa sido mejor
finalizar algunas de ellas de una manera más convincente –el final con tintes
sociales y polÃticos de “Bombita” chirrÃa bastante-, pero un fiel reflejo de lo
que es capaz una persona ante situaciones lÃmite. Al fin y al cabo, todos
tenemos derecho a perder el control, a nuestro particular dÃa de furia.
NOTA: 7 sobre 10
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