Sinopsis:
En un futuro no
lejano, en el que el planeta Tierra sufre una creciente desertización y vivimos
servidos por robots, Jacq Vaucan (Antonio Banderas), un agente de seguros de
una compañÃa de robótica, investiga un caso en apariencia rutinario cuando un
robot es enviado a la morgue y se descubre que se ha modificado a sà mismo,
hecho que prohÃben los protocolos que tienen instalados los autómatas
Ficha Técnica:
Dirección: Gabe Ibáñez
PaÃses: Bulgaria y España
Año: 2014
Duración: 110 min
Género: Ciencia-ficción, thriller
Interpretación: Antonio Banderas, Dylan McDermott,
Melanie Griffith, Birgitte Hjort Sørensen, Robert Forster
Guión: Gabe Ibáñez, Igor Legarreta Gómez y Javier
Sánchez Donate
Producción: Danny Lerner, Les Weldon, Antonio Banderas
y Sandra Hermida
Música: ZacarÃas M. de la Riva
FotografÃa: Alejandro MartÃnez
Montaje: Sergio Rozas
Diseño de producción: Patrick Salvador
Vestuario: Armaveni Stoyanova
Estreno en
España: 23 Enero 2015
CrÃtica:
Treinta años hacia el futuro. La
superficie terrestre se ha convertido en un interminable desierto radiactivo.
Poco más del 99% de la población mundial ha sobrevivido, y los que lo han
conseguido malviven en el interior de una ciudad atendida por autómatas
proporcionados por la Corporación Roc. Dos protocolos dominan la conducta de
los robots: primero, un robot no puede causar daño a un ser humano, y segundo,
un robot no puede modificarse a sà mismo. Pero esta última ley se verá
peligrosamente cuestionada cuando un robot modificado por dentro llega a la
morgue. O se ha modificado a sà mismo, o existe un relojero que está
modificando las máquinas.
Durante sus primeros compases,
“Autómata” desprende cierto aroma a “Blade Runner” por la presentación de la
atmósfera en la que se desenvuelve, su propia temática y hasta el look
–chubasquero anti radiación incluido- que visten los agentes de la corporación.
Y los protocolos por el que se rigen los robots condensan los postulados de
Asimov. Las referencias de las que bebe son claras, y “Autómata” recoge grandes
ideas durante la primera mitad de su metraje, la mejor balanceada del conjunto,
ofreciendo un thriller de ciencia-ficción que consigue captar cierto interés y
nivel de suspense, aunque haya que aguantar el sintético rostro de Melanie
Griffith o a ese personaje tan mal trazado que es el interpretado por Dylan
McDermott, una especie de villano que merecÃa estar mejor definido.
Pero durante la segunda mitad, sus ideas
se aturullan y pierden peso y relevancia. La trama alterna de forma paralela
escenas en el desierto con los robots, quizá las más humanas e interesantes,
con soporÃferas secuencias corporativas de despacho protagonizadas por
personajes tan insulsos e inútiles para el desarrollo como el de Robert Forster.
Y aunque el tramo final intenta imprimir algo de acción al conjunto, sus
ambiciosas ideas hace ya una hora que quedaron bien plasmadas y ya se han
vuelto algo redundantes y repetitivas. El film se empeña en reincidir en ellas
una y otra vez, pero sin dirigirlas a ninguna parte.
Y es una pena, porque insisto, sus ideas
son enormes. No originales, ya que la temática del robot que toma conciencia de
su existencia y decide bajar del árbol, asà como el principio del fin de
nuestro status como especie dominante del planeta, ya ha sido explotada con
anterioridad en el cine. El problema es lo que rodea a dichas ideas, la
historia en la que se desenvuelven, y el mal rumbo que toman hasta resultar reiterativas.
Y una mayor pena da que la factura final del producto, pese a ciertos efectos
digitales poco logrados –los planos generales de la ciudad o la persecución
nocturna en el desierto-, resulta de lo más convincente, que Banderas lleva con
dignidad el peso de la narración, o que Gabe Ibáñez confirma que es un director
con pulso visual, pero que merece un libreto mejor. Quizá la propuesta habrÃa
mejorado de haber combinado sus grandiosos temas con una mayor dosis de
entretenimiento y acción antes que apostar por la ciencia-ficción
existencialista. Pero lo que ha quedado finalmente es un soso ejercicio de
prometedoras reflexiones, pero incapacidad para evolucionar y bajarse del
árbol.
NOTA: 3.5 sobre 10
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