Atención! Esta crítica contiene spóilers del primer episodio de la quinta temporada de 'Juego de Tronos'
El primer episodio de la quinta temporada de 'Juego de Tronos' es una verdadera obra de arte. No lo podemos comparar con las famosas boda roja y boda púrpura. Pero tampoco es necesario que haya baños de sangre, para que un capítulo brille.
De hecho, siempre he pensado, que el asesinato es un cliché fácil, para captar la atención del espectador con el posterior ¿y qué pasará después de la muerte de...?.
Los siete reinos son un auténtico caos, lleno de señores que se hacen llamar reyes y que son unos auténticos mal nacidos.
Myrcella y Cersei ponen entre la espada y la pared al nuevo y joven rey. La primera por medio de sus artes de seducción y la segunda apelando a que es su madre.
Este conflicto Cersei-Myrcella, muestra como es cierta la afirmación "sabe más el diablo por viejo que por diablo". La Lannister parece estar consiguiendo lo que quiere, aunque no puede evitar la envidia de verse desplazada (como ya auguró la hechicera que visitó cuando era niña).
Tyrion Lannister, ha recorrido medio mundo metido en una caja, tras asesinar a su padre y a su amada, lleva a cabo un camino de búsqueda de alianzas. Aunque no lo tendrá difícil, pues si hay algo que le sobra a la casa Lannister, a parte del oro (que ya no le sobra, si no que se lo digan al Banco de Hierro), son los enemigos.
Mance Rayder, el rey más allá del muro:
Stannis Baratheon, sigue reclamando su legítimo puesto en el trono de hierro. Quiere guiar a los salvajes y recuperar invernalia, pero estos no se moverán sin su líder, Mance Rayder.
Stannis, le da la opción de unirse a sus tropas y arrodillarse ante él o morir quemado vivo.
El salvaje, cree en el honor y elige morir de pie, antes que vivir de rodillas.
Cuando en el castillo negro todos contemplan como las llamas consumen el cuerpo del líder de los salvajes y el sufrimiento que este padece. Una flecha vuela desde una escalinata, directa al corazón de Rayder, la flecha lleva el nombre de John Snow.
Con ese espectacular final concluye el primer episodio de la quinta temporada de 'Juego de Tronos'.
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