Pongámonos en situación, vas al cine a ver uno de los últimos estrenos de cartelera, tienes que pagar la entrada y cómo no, un buen cubo de palomitas con el correspondiente refresco. Comienzas a sacar monedas, billetes y recoges la entrada, el cubo y el refresco ¿con qué mano recoges la vuelta?.
Comienza asà un auténtico dilema matemático, una encrucijada, si vas con tus amigos o pareja, puedes pensar, que el problema es sencillo, te ayuda con las palomitas y recoges el cambio,pero ella por supuesto también quiere un cubo de palomitas y un refresco.
Con Euro 6000, me he dado cuenta de que el pago en efectivo está obsoleto, es mucho más cómodo llevar tu tarjeta, pagas, la recoges y no te tienes que andar preocupando de esa multitud de monedas ("chatarra") que a buen recaudo terminarán rodando por el cine.
Además, las tarjetas de débito, nos permiten tener un mejor control de nuestros gastos que el efectivo. Podemos limitar el gasto y seguir las operaciones que hemos realizado.
Pero no sólo para pagar en el cine, a la hora de ir a un supermercado y en multitud de ocasiones, nos ahorra tiempo.
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