SINOPSIS:
Los entrañables
y divertidos Minions ya tienen su propia película. Su historia se remonta al
principio de los tiempos. Siempre han estado al servicio de los amos más
despreciables.
Ante su incapacidad para mantener a esos amos, los Minions
acaban encontrándose solos.
Sin embargo, uno de ellos, llamado Kevin, tiene un
plan. Acompañado por el rebelde adolescente Stuart y el adorable Bob, decide
lanzarse al mundo en busca de un nuevo amo malévolo a quien puedan seguir. El
trío emprende un emocionante viaje para conseguir un jefe a quien servir, en
realidad una jefa, la primera supervillana que jamás ha conocido el mundo, la
terrible Scarlet Overkill. Pasarán de la helada Antártida, a la ciudad de Nueva
York en los años sesenta, para acabar en el Londres de la misma época, donde
deberán enfrentarse a su mayor reto hasta la fecha: salvar a la raza Minion de
la aniquilación.
FICHA TÉCNICA:
Título original:
Minions
País: USA
Año: 2015
Duración: 91
min.
Género:
Animación, comedia
Dirección: Kyle
Balda y Pierre Coffin
Guión: Brian
Lynch
Doblaje
original: Sandra Bullock, Jon Hamm, Steve Carell, Michael Keaton, Steve Coogan,
Allison Janney
Música: Heitor
Pereira
CRÍTICA:
Gollum, el Joker de
Nolan, Darth Vader… Crear un personaje secundario es un arma de doble filo. Si les
imprimes demasiado carisma, pueden hacerse dueños de la función. Todos tenemos
derecho a nuestros quince minutos de fama, que diría Andy Warhol. El cine de
animación no es ajeno a este hecho. Ya ocurría con los pingüinos de
“Madagascar” o la ardilla Scrat de “Ice Age”. Y también los Minions, que ya
demandaban a gritos –o con pancartas- su propio spin-off en los créditos
finales de “Gru 2”. Lo han conseguido. Tienen su propia película. La Minion
Manía ha llegado para extenderse.
“Los Minions” tiene
todo lo que se puede esperar de una cinta de animación familiar basada en los
tiernos y chispeantes personajes amarillos. Un ritmo vertiginoso, prácticamente
descerebrado y con unos cuantos tornillos de menos, diversión a raudales, puro
amor por el slapstick y referencias para que los adultos también se lo pasen
bien, en esta ocasión hacia la cultura pop sesentera, especialmente en su banda
sonora. Incluso se permite el lujo de tontear con la propia animación,
alternando técnicas que van desde la animación tradicional hasta esa guiñolesca
versión de “Los tres cerditos”.
La cinta no innova a
nivel argumental, ni lo pretende. Tras un prólogo que ya ha sido destripado en
los muchos avances que hemos visto, lo que tenemos a continuación es a los
simpáticos protagonistas en busca de un villano al que servir, hasta
encontrarse con su villano favorito. Y no hay más. “Los Minions” es una
película hecha con el piloto automático activado, que sabe de sobra que va a
ser un gran taquillazo, y que no se preocupa por ser algo más. Ahí está el
guión, por ejemplo, donde la villana ni resulta atractiva –excelente el doblaje
de Alexandra Jiménez, por cierto- ni está bien construida, quedando
paradójicamente los secundarios –especialmente su compañero Herb, también
excelentemente doblado por Quim Gutiérrez- por encima de ella.
Pero no deja de ser un
gran entretenimiento para toda la familia, con una elevadísima factura técnica,
y una animación 3D de primerísimo nivel Es lo que busca y ofrece, puro
divertimento. Un divertimento que, eso sí, llega un momento que satura. Porque
lo poco gusta, y lo mucho cansa. Estamos ante unos personajes que han hecho del
sketch su mejor baza humorística. Su
intención es llevar la comedia de los grandes reyes del cine mudo hasta
nuestros días. Desde Buster Keaton hasta Harold Lloyd. En formato largo el
conjunto se resiente porque, al fin y al cabo, Kevin, Bob y Stuart funcionan
mejor en pequeñas dosis, como bien demuestran los créditos finales, y la
tendencia del film es la de infantilizarse e idiotizarse al nivel de sus singulares
protagonistas. Pero será un éxito comercial. El merchandising será enorme. Lo sabemos. Existe una desmedida pasión
por el amarillo. Preparémonos, porque hay Minions para rato.
NOTA:
6.5 sobre 10
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