Sinopsis
Greg es un
alumno de último curso de secundaria que evita toda relación humana profunda
como forma de atravesar con seguridad el terreno minado social que es la vida
de adolescente. De hecho, describe a su mejor amigo, Earl, con quien realiza
unos extraños cortometrajes, como alguien ‘más parecido a un colaborador’. Pero
cuando la madre de Greg insiste en que le dedique tiempo a Raquel, una chica de
su clase a la que acaban de diagnosticar un cáncer, Greg descubre la fuerza y
la importancia que puede tener la verdadera amistad.
Ficha Técnica
Título original:
Me and Earl and the dying girl
País: USA
Año: 2015
Duración: 105
min.
Género: Comedia
dramática
Dirección:
Alfonso Gómez-Rejón
Reparto: Thomas
Mann, Olivia Cooke, RJ Cyler, Nick Offerman, Connie Britton, Molly Shannon, Jon
Bernthal
Guión: Jesse
Andrews; basado en su novela
Música: Brian
Eno y Nico Muhly
Crítica
Esto no es una conmovedora historia de
amor. Hay sentimientos, hay un chico y una chica, pero no es una historia de
amor. Aquí, el chico ni siquiera quería
conocer a la chica moribunda del título original. “Yo, él y Raquel” –bravo por
los traductores españoles, una vez más- es una historia de amistad, pero de una
amistad incómoda, con la fecha de caducidad que impone una enfermedad como la
leucemia. Una amistad condenada a un triste final, por mucho que sus personajes
traten de quitar hierro al asunto.
En su nuevo y alabado film, y valiéndose
del guión del también autor del libro en que se basa Jesse Andrews, Alfonso
Gómez-Rejón apuesta por afrontar la enfermedad desde la sonrisa, desde la
comedia cotidiana de un grupo de adolescentes a los que el director dota de
humanidad y espontaneidad, ayudado por un trío protagonista destacable en sus
interpretaciones. Rejón entiende sus inquietudes, sus miedos, y tiñe la
película de un sentido del humor que no consigue enmascarar el trasfondo
dramático de la historia, pero que sí logra hacerlo ameno y llevadero, más
mundano y trivial que lo trascendental que nos empeñamos en convertirlo a base
de pena y compasión impostadas.
El cineasta y su guionista usan la misma
fórmula de “50/50”, la de romper los tabiques del melodrama repleto de tópicos
de otras hermanas cinematográficas similares utilizando la comedia como válvula
de escape. Y en su desarrollo, es difícil no pensar en otros productos
adolescentes como “Las ventajas de ser un marginado” o “(500) Days of Summer”,
con la que nos ocupa guarda no pocas semejanzas en cuanto a estilo, contenido y
forma. De hecho, quizá sean las comparaciones lo que peor le sienta a “Yo, él y
Raquel”, la sensación de déjà vu
constante que deja este relato de corte independiente, que es menos original de
lo que ella misma cree y pretende ser.
Pero si algo destaca en ella es su dirección.
Gómez-Rejón ya ha dejado patente su buena mano para el montaje y la narración
en la serie “American Horror Story”. Suyos son algunos de los mejores episodios
de la creación de Ryan Murphy. E incluso su anterior trabajo, “The Town That
Dreaded Sundown”, destacaba precisamente por su pericia tras la cámara. Sin su
sentido del ritmo y su constante innovación narrativa, que puede remitir
igualmente a la de los comienzos de Marc Webb, la película se resentiría y
perdería bastantes puntos. Es más, es cuando hace acto de presencia la parte
dramática y menos desenfadada de la historia, el momento en que el realizador abandona
ese espíritu de creatividad que había exhibido durante la primera mitad de
metraje, cuando el conjunto empieza a hacerse largo y a perder ritmo, para
luego remontar en un acto final que deja claras sus intenciones. No es fácil
adentrarse en ella, y puede dejar frío a más de uno. Sin embargo, no deja de
ser una más que aceptable hipérbole de la amistad forzada con los días contados,
de esa tendencia que nos lleva a juntarnos a determinadas personas, a las que
no llegamos nunca a conocer del todo. Ay, amistad, condenada amistad.
NOTA:
6 sobre 10
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