“Hay algo en lo que todos estaremos de acuerdo: La tercera es la peor".
Que no lo digo yo, que lo dice Jean Grey durante el film
después de salir del cine de ver “El retorno del Jedi”. ¿Pullita de Bryan
Singer a “X-Men: La decisión final” o aviso ante la que se nos viene encima?
Juzguen ustedes mismos.
Como amante de los cómics este año tenía tres grandes citas
con el cine. La primera, “Batman vs. Superman” no cumplió mis expectativas,
aunque me entretuvo, ¿y qué más se le puede pedir a Blockbuster de estas
características? “Capitan America: Civil War”, por el contrario, me decepcionó,
y más después del hype generado por la crítica. Puestas mis esperanzas en la
tercera, “X-men: Apocalipsis”, y con mucho miedo después de ser vapuleada por
la prensa, me meto en la sala de cine. Y he salido encantada. Ni mucho menos es
una obra de arte, ni una buenísima película, pero si una buena película de
superhéroes, una película con mucha acción, increíbles efectos visuales,
mutantes recién llegados de los que tenía ganas de ver sus orígenes: Cíclope
(Tye Sheridan), Rondador Nocturno (Kodi Smit-McPhee), o Jean Grey (Sophie
Turner) que cumplen a la perfección su misión en la cinta, y Mercurio (Evan
Peters), ¡oh Mercurio! Al igual que en “X-Men: Días del futuro pasado” vuelve a
protagonizar la mejor escena de la película que hará las delicias de toda la
sala.
La película se centra en la década de los ochenta, diez años
después de lo acontecido en “Días del futuro pasado”. Charles Xavier (James
McAvoy) vive en la mansión junto a Hank McCoy (Nicholas Hoult) enseñando a
jóvenes talentos a controlar sus poderes. Mística (Jennifer Lawrence) vaga por
el mundo renegando de ser una heroína, mientras que Magneto (Michael
Fassbenber) ha rehecho su vida en un pequeño pueblo de Polonia. Al mismo tiempo
Apocalipsis (Oscar Isaac) un extraño y poderoso mutante comienza a renacer en
busca de nuevos aliados con los que acabar con el mundo. ¿Podrán los superhéroes
vencer a esta nueva amenaza? Qué pregunta más tonta, ¿no? ¿Vencerá el bueno al malo?
¿Ganará el protagonista la carrera final? ¿Llegará la caballería para salvarlos
de los indios? Por regla general sabemos que sí, el cine nos lo ha enseñado a
lo largo del tiempo, los buenos vencerán, solo falta saber como.
Una cinta más seria que las anteriores, generó pocas
carcajadas entre el público más allá de alguna meta-referencia, chistes
visuales, y el cameo más que esperado de cierto creador de Marvel. Una vez más
el humor recae en Mercurio, cuyo carisma eclipsa al resto de personajes con los
que comparte pantalla, y podemos perdonar que la mejor escena de toda la cinta sea
un refrito de la película pasada.
Pero hay cosas que no se pueden perdonar. Los secuaces de
Apocalipsis, Ángel (Ben Hardy), o Psylocke (Olivia Muun), son personajes muy
poco definidos y están totalmente desaprovechados, no sabemos absolutamente
nada, ni siquiera algo tan elemental como el por qué de su afán por acabar con
la tierra. Al menos de Magneto entendemos su odio hacia la raza humana, incluso
Tormenta (Alexandra Shipp), al ser una cría puede dejarse influenciar por el
villano, pero es que estos dos son malos porque sí, porque hay que completar
“los cuatro jinetes del Apocalipsis”, y porque algún obstáculo hay que poner
para frenar a los buenos. Otros personajes como Mística vagan por la trama cual
autómatas.
De primero de guión: son las motivaciones del personaje las que deben impulsar a los protagonistas a avanzar en la historia, y no al revés. Y Jennifer Lawrence lleva puesto el piloto automático toda la cinta, parece que está ahí por cumplir contrato, ¡denle un respiro a esta chica!
De primero de guión: son las motivaciones del personaje las que deben impulsar a los protagonistas a avanzar en la historia, y no al revés. Y Jennifer Lawrence lleva puesto el piloto automático toda la cinta, parece que está ahí por cumplir contrato, ¡denle un respiro a esta chica!
Por otro lado, sabemos de la aparición de Lobezno pues la
misma Fox nos lo reveló en el material publicitario, y sin duda me parece una
jugada sucia. No aporta nada a la trama más allá de la nostalgia por ver a uno
de los mutantes más queridos de la saga. Además crea una incoherencia de guión
tras el encontronazo con ciertos personajes que se solventa con un chiste
fácil. Casi preferiría que no lo hubieran utilizado, y si hace este pequeño
cameo, al menos que no lo hubieran utilizado como estratagema publicitaria.
Aún con todo esto he salido contenta de la sala de cine, con
la sensación de haber visto una buena película de los mutantes, y con la
sensación de que la prensa nos toma el pelo, ¿por favor que esperan de una
película así? No va a revolucionar el cine, no va a cambiar el Séptimo Arte,
¡por Dios, es un Blockbuster! Dudo que decepcione a los fans, y que no
entretenga a los no-tan-fans. No aburre ni un segundo, da lo que promete y eso
se agradece. ¿Podría haber estado mejor? Claro que sí, ni mucho menos está al
nivel de “Primera generación”, pero se deja ver y deja un cierre digno a la
trilogía.
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